martes, 26 de junio de 2018

Historia fabulada de Simón Rodríguez


El Naufragio
entre sombras y luces
William Goitía Loyo
En lo más elevado del cielo nocturno, de su profunda oscuridad de la noche de Luna Nueva, enmarcada por pesadas nubes, se deja entrever la luz de un grupo de estrellas, que se proyecta hacia la Tierra, como betas de luz en la penumbra, constelación que los indígenas manteños nombran como El Viejo, que les señala el inicio de las lluvias y el nuevo año agrícola.
Cuando el reloj raya las doce,  tres hombres parecen jugar a ser sombras, mimetizan la noche, criptica invisibilidad, parecieran moverse entre las estrellas.  La marcha presurosa del anciano octogenario parece desafiar la oscuridad, con su cabellera blanca, iluminando como cocuyo la penumbra, delatando su presencia, de mirada altiva, de contextura fuerte, rostro anguloso y frente amplia.
El roció moja el aire, marcando el paso de las primeras lluvias de la temporada, que caen sutiles en la calma silente del pueblo, las sombras se humedecen, las gotas se adentran preñando la tierra, la brisa fresca traspasa la oscuridad sin luna.  Los caminos enlodados memorizan las huellas,
-Vamos Cocho, hijo no te quedes atrás, mira que la embarcación que regresa a Sechura, nos aguarda-. 
Cocho es un joven, de unos 20 años, pequeña estatura, con rasgos indígenas, de cabello lacio, negro azabache, se mueve con la ligera gracia de un cometa entre las estrellas, acompañado de su amigo contemporáneo Camilo, entre el nerviosismo  y la osadía propia de la edad, burlan al silencio.
-  Vamos Camilo, ya papá se molestó, por estar con tus bromas, de fantasmas y piratas.
-  Sólo espero que el francés nos ofrezca un buen emprendimiento, porque con tu papá los negocios no se han dado muy bien.
-  Ahora lo más importante es ampliar la distancia con Don Zegarra, porque con su estado de ánimo es capaz de mandarnos a fusilar.
-  Yo diría que los más importante para mi papá, es que estos dos baúles de libros y manuscritos, no los dejemos en el camino.  Anda de prisa, que ya estamos llegando, y este baúl está muy pesado.
El murmullo del río enmudeció las voces, el oleaje se batía contra la pequeña embarcación, estremeciéndola como el corazón agitado en el mar de sus pechos agobiados, así como las tormentosas olas del Río Guayas, en la ciudad de Guayaquil, desde donde se disponían a partir.
Liberados los amarres, se da inicio a la navegación, así los tres hombres también se liberaban de los amarres a las deudas, con la esperanza de lograr el sosiego y mejorar su suerte económica, que le permitiera continuar sus proyectos en el Perú. La navegación inicio su trayectoria sobre el amplio río, y entre la oscuridad de la noche.
Entretanto, el río empujaba la embarcación, como si una enorme ballena los trasportara en su lomo. Así pasaron algunas horas, mientras disfrutaban aquella sensación de alivio y libertad, que les permitía resbalarse hacia el sueño.
Una algarabía de pájaros, que cantaban sus himnos al sol, celebrando el inicio del día, con el levante de la luz, al Este del horizonte, el sonrojar de las enorme nubes, que se trasmutaban en cortinas acuosas a la distancia, mientras la embarcación bordeaba la isla Santay, justo antes de la desembocadura al Océano Pacífico.
Ante el desvestir de la enorme amplitud del agua, que achica aún más la embarcación,  el capitán de la nave, un hombre robusto, de talla inmensa, y de palabra esquiva, con mirada inquietante, lucha por mantener la dirección de navegación.  Sintiendo la minusvalía de la maquina ante el cielo espeso, giró el timón en dirección Norte-Sureste, con la mar embravecida, y aprisionados por el viento que sacude las velas.
El anciano, ante esta nueva fuga, cavilaba en la inmensidad de su soledad.
[-Pensar que hace exactamente 56 años, que también escapaba y me hice a la mar, en el mismo cielo, pero con dirección opuesta, hacia Jamaica y Estados Unidos de Norteamérica, entonces joven, huía de Caracas, por la opresión política de la Colonia, ocultándome  en el nombre de Samuel Robinson, como mi propia isla, con la convicción de que esto me darían el poder de la invisibilidad, además la fuerza de la predicción y la inteligencia para sortear las dificultades, con la convicción, que da la juventud, de poder transformar el mundo, desde la base, desde la piedra angular: la educación. Para ese entonces la nave que me llevaba, se desplazó por las apacibles aguas del Mar Caribe, guiándonos en la noche, sin saberlo, por las luces de las estrellas del Fuego Nuevo y El Mercado, del cielo Azteca.  Contemplando las lluvias de estrellas, en la noche oscura de la Luna Menguada-].
Este fue un viaje largo, que perduró por 26 años, hasta que nuevamente las olas lo trajeron a las costas de Cartagena, en el año 1823, ya contaba entonces con 54 años, atraído por la constitución de la unión de naciones en la conformación de  la Colombia de Miranda.
A sus 84 años, contados por el número de cicatrices, que la vida le ha dejado, precio pagado al regreso de su visibilidad, trasmutación del retorno, a la Tierra Americana, a la lucha americanista, a lo tangible  de su propuesta de la batalla educativa. Colocado adelante de la confrontación de ideas, la posibilidad de brindar luces al pueblo pobre, abandonado y maltratado. 
En el atardecer del día, la nave avanza timorata, a merced de la fuerza del viento y la tormenta, en el vaivén de las corrientes marinas encontradas.
-Ten cuidado Cocho, sostén a tu papá, que no tiene fuerzas y podría caer al agua-, le exclama Camilo, mientras se sujeta con fuerza a babor.  En ese momento la furia del viento hace crujir el mástil de la embarcación, mientras el capitán con una voz muy potente hace la advertencia
-¡Cuidado!, ¡Protéjanse!, ¡Mástil abajo!
El cielo parece caer a pedazos, sobre la pequeña nave que traslada los sueños de la luz, titilando débilmente.  La nave permanece a la deriva, a merced de las corrientes, se ha averiado severamente y es un nuevo tiempo de naufragio,  permanecen a merced de la suerte, aislados en sus pensamientos.
El empeño, esa fuerza interna que brotaba como serpiente ante el reto de  sus detractores, la constancia y la imaginación con la que trataba de sortear las dificultades económicas, lo han llevado a la permanente búsqueda de argumento o mecanismo que les permitían seguir iluminando al pueblo, aun en esta última etapa, fabricando velas de cebo, o de crear una empresa refinadora de esperma y fábrica de velas.  El viejo incansable.
Cocho entre nervioso y asustado, en un arrebato de desesperación, se dejó llevar por la tribulación y el miedo,  arremetió verbalmente contra su padre, el anciano maestro, que ya se desvanecía en su débil llama.
-¡Calamidad tras calamidad, es tu senda!, ¿es verdad lo que dicen?, ¿es verdad que estás loco?.... ¡ya que importa moriremos ahogados!
Ante el silencio del cabizbajo anciano, Camilo intercede.
-Mira Cocho, tranquilo, que seguramente algunos pescadores nos van a localizar y rescatar, mantén la calma,   qué te parece si intentamos pescar, mira que las provisiones están escasas- Así se entretuvieron un buen rato, sin resultados favorables.
Llegada la plena oscuridad de la noche, comienza un período de calma, ya pasada la tormenta, pero la embarcación continúa a la deriva, en medio de un océano calmado, y como jóvenes, pronto dejan las tribulaciones y se sumergen en el sueño intranquilo. Sin embargo el anciano no descansa en sus pensamientos tormentosos, les llegan a la mente algunos momentos trascurridos en décadas pasadas, en esta isla Gran Americana.
“Yo no vine a la América porque nací en ella, sino porque sus habitantes estaban tratando una cosa que me agradaba, y me agradaba porque me parecía que era buena, y porque el lugar era propicio para la conferencia y para los ensayos, y porque era Simón Bolívar quien ha suscitado y sostenido la idea.”
A su llegada al continente Americano, este hombre de luces, sufrió muchos desplantes, burlas y desprecios, pero cuando ya estuvo ante la presencia de Bolívar, este lo puso a la altura del maestro ante todos, lo recibió con gran aprecio y cariño, acompañó y respaldó sus propuestas y proyectos, y por medios de decretos, facilitó fundar escuelas en Ecuador, Perú y Bolivia, estaba comandando así, la lucha por la segunda Batalla, la cultural, la educativa.
Pero el Libertador debía continuar la campaña liberadora por Suramérica, para lograr extirpar definitivamente los ejércitos españoles de las tierras Suramericanas.  Así que sin saberlo, el día 6 de enero de 1826, cuando parte de Chuquisaca camino a Lima, sería la última vez que lo vería. Entonces fue el comienzo del calvario, para ambos.
“-Me quitaron todo el apoyo que había obtenido de Simón, y en mi intento por abrir espacios de luz en la oscuridad de los pobres y abandonados, debí pagar la deuda de mantenimiento, que acabó con lo que había reunido para mí, quedando sin recursos. Fue un choque moral, enfrentado prácticamente sólo, mis ideas de la educación liberadora, contra el viejo modelo colonial instaurado, defendido por los conservadores y por muchos de los líderes independentistas, quienes lograron victorias militares, pero derrotas culturales, por llevar adelante la concepción del modelo imperial. De allí que de la conciencia del pueblo, no pudimos sacar a los colonizadores, donde todavía persisten como una auto invasión, aplaudiendo y defendiendo al colonizador”.
El aislamiento cercaba al anciano, hasta el rincón de su alma, una isla profunda y dolorosa, sin salida, sin fuerza, sin esperanza de partir de regreso, tantas veces pedido al Libertador, sin obtener respuesta.  Claro estaba, que sus enemigos, interceptaban sus cartas y las destruían.
Los pelícanos pasaron rasantes sobre los pensamientos de Simón, la brisa sacudió su liviana cabellera, seca y quebradiza por el sol de los últimos días, y apenas tuvo fuerza para voltear la mirada y ver como el ave peinaba las olas.  A lo lejos las palmeras danzaban con el viento, dándole la bienvenida a los sobrevivientes.  Atrás los cerros, de un bosque seco, repleto de árboles de algarrobo, ceibo y guayacán,  donde se albergaban enormes bandadas de pericos y cotorras, que rasgaban el aire con sus cantos sonoros del atardecer.
Ante la señal de los brazos y saltos de Cocho y Camilo, mudas las gargantas por la deshidratación colectiva, un grupo de pescadores indígenas los socorrieron, trasladando al anciano moribundo, a sus chozas de pesca, en la costa cercana a la población de Amotape.
Para entonces, Cocho ya había tomado una determinación.
-Me voy, seguiré mi propio rumbo, no quiero seguir pasando estos momentos de angustia, veré si puedo conseguir ayuda, te encomiendo a mi padre.
-Que broma me estás echando, con tu anciano padre que está tan delicado de salud, me parece que debes acompañarlo. Le requirió Camilo.
-No puedo más, trataré de buscar trabajo en alguna hacienda, para ver si salgo adelante.
Sin decir más palabras y sin nada de equipaje, se subió a otra embarcación, con rumbo desconocido, hacia las mazmorras de la historia. Dejando abandonado a su padre, a la suerte del destino inexorable. Otro abandono, ambos a los extremos de su vida.
-A este anciano ilustrado, no lo puedo dejar sólo, voy a seguir acompañándolo.  Así fue como el joven, un hijo del pueblo, fue quien acompaño al maestro hasta su último aliento.
Allí quedaron ambos naufragando en una choza, aislados del pueblo, sin bastimento, ni atención médica, con sus dos baúles con libros, manuscritos y fotos.  Fue a partir del día 28 de febrero de 1854, cuando logra salir de sus islas y sus naufragios, regados sus manuscritos en el aire, por el fuego de la llama y entre las raíces de la tierra americana, viajando entre los pueblos, como rayos de luz que en medio de la tormenta, en el relámpago del Catatumbo, en la Luna que ilumina liberadora de la noche oscura de la colonización, que todavía falta vencer.
Esa noche, a partir de las 11, Robinson logró su libertad y transitó entre las estrellas de las constelación Caribe Tamukan, y las del Sur de los pueblo Guaraní del  Venado y el Avestruz Blanco, que brillaban para entonces en el fondo oscuro de la noche sin luna, mostrando los dioses indígenas, que lo guían en gratitud al escape del Robinson Latinoamericano de la isla terrestre, para tratar de alcanzarnos con su luz, desde lo más alto del cielo y entre la profundidad de la Madre Tierra.

sábado, 9 de junio de 2018

El tiempo histórico de Simón Rodríguez


En Europa se considera el inicio del Período Moderno, a partir de dos hechos históricos:

·               La caída de Constantinopla (1453), que marca la caída del Imperio Romano, por el imperio Turco Otomano.
·             La invasión del Abya Yala por  Europa  (1492).
·               El final de este período, para muchos lo marcó la Revolución Francesa (1789).

 La invasión europea al Abya Yala significó el momento de la expansión global de Europa, el apoderarse de otros territorios de cualquier espacio del planeta, de sus minerales, de las personas, lo que produjo el exterminio de sus poblaciones aborigenes, de su culturas: idiomas, religiones, cultivos, cosmovisión, y hasta del cielo y la vida.

Se destaca los valores de la modernidad (el desarrollismo), donde se va generando la burguesía y el capitalismo, las delimitaciones de los territorios: la nación y el Estado (Occidentalización o eurocentrismo).

También significo la siembra impuesta de la razón, el pensamiento y producción teórica engendrada por la cultura Occidental como expresión de una lógica dominante que ha alimentado el proceso histórico de las sociedades americanas  luego de la invasión y colonización.

Como característica común hay que señalar una extraordinaria fe para dominar y transformar el mundo a su conveniencia. Los ilustrados exaltaron la capacidad de la razón laica para descubrir las leyes naturales y la tomaron como guía en sus análisis e investigaciones científicas.

Nos trajeron el antropocentrismo: todo gira en torno al ser humano y en particular en torno a su razón material y sensible de forma aún más pronunciada que en el siglo XVI, aunque el papel que entonces jugó Italia lo desempeña esta vez Francia.La Ilustración europea, desde Gran Bretaña, donde algunos de los rasgos esenciales del movimiento se dieron antes que en otro lugar, la Ilustración se asentó en Francia.  Con Kant culminará la creación del pensamiento propiamente moderno, ya muy por encima de la ideología enciclopedista. 

La Ilustración también dio sus frutos propios en otras localizaciones europeas y americanas. En ocasiones se recrearon proyectos ilustrados más o menos autónomamente, pero en la mayoría de casos vinculados al pensamiento inglés y, sobre todo en lo que se refiere a la ideología enciclopedista, a Francia (así en Países Bajos, Polonia, Rusia, Suecia, la península italiana y la ibérica, etc., o en sus colonias americanas). Desde el punto de vista socio-político fueron frutos condicionados por el grado de desarrollo ideológico adquirido en el momento de lanzamiento de la nueva ideología y por el proceso interno seguido a lo largo de su desarrollo. 

Según las interpretaciones marxistas, la Ilustración puede ser definida como «una etapa histórica de la evolución global del pensamiento burgués». Como tal, insertaría su filiación doctrinal en el Renacimiento y, especialmente, en las corrientes racionalistas y empiristas del s. XVII (de Descartes, a Locke, pasando por Bacon, Bayle, Galileo, Grocio, Hobbes, Leibniz, Newton, Spinoza, o los libertinos), y basa su posibilidad sociológica de desarrollo en las revoluciones políticas neerlandesa e inglesa, en el empuje de la burguesía y en las transformaciones económicas en gestación, apoyadas en una coyuntura en alza, que desembocarán en la Revolución francesa.

La Reforma protestante en el siglo XV, encabezada por el alemán Martín Lutero, teólogo y fraile católico, quien se negó a someterse a la iglesia de los papas, que consideraba que estaba alejada de los preceptos de Dios, pero que en esencia  una contribución al espíritu burgués capitalista, al exaltar el trabajo y el triunfo personal.De manera análoga, el desarrollo completo de la doctrina de Lutero sobre la salvación y la vida cristiana se expuso en su opúsculo La libertad cristiana (publicado el 20 de noviembre de 1520), donde exigía una unión completa con Cristo mediante la Palabra a través de la fe, la entera libertad de un cristiano como sacerdote y rey sobre todas las cosas externas, y un amor para con el prójimo.

Estos elementos nutrían a la Revolución Burguesa, asociada a los valores del individualismo, la producción masiva, la comercialización, el mercado y el progreso.Los burgueses eran los habitantes de los burgos, los barrios nuevos de las ciudades en expansión, en la Edad Media, que se fueron haciendo poderosos por manejar el comercio, y tenía un alto nivel de independencia respecto al papado eclesiástico, lo que les permitió crear ciudades en la época Feudal, es decir que esta red urbana fue una preparación necesaria para el desarrollo industrial moderno, con su estratificación alta burguesía, baja burguesía y plebe empobrecida.  Donde la burguesía puede verse como un aliado del absolutismo, sin conciencia de clase, prefieren la traición que les permita el ennoblecimiento por compra o matrimonio. 

Momento Histórico desde el Abya Yala
antes de la invasión
·               En la América precolombina no se conoció la propiedad privada de la                              tierra
·               La forma de tenencia existente fue comunal
·       La comunidad estuvo en la base de la estructura social de los pueblos aborígenes, tanto de la tierra como del trabajo.
·               La Pacha Mama o Madre Tierra de La agricultura campesina-indígena
·               Todo proviene de la tierra: amarla
·               La naturaleza y las creencias religiosas determinaban la organización                               social
·               El ser humano integrado a la naturaleza
·               Fuerte carga poética: es una praxis, vinculada a una forma de ver y de                             estar en el mundo con sagrado respeto.
·               Historia ligada a la mitología


 Legalización de la expropiación y el exterminio en Abya YalaPor parte de los invasores europeos

               Los Indígenas como cosas sin alma.  En 1529 es creada una Comisión                            para averiguarlo.
              Encomiendas: Entrega de los Indígenas a los españoles para                                           evangelizarlos: servidumbre.
               25-03-1536, encomiendas por 2 vidas, se extiende a 4, pero práctica                               perpetua.
               Se calcula una población de 70 a 100 millones indígenas en América                               antes de la conquista
              La ciudad de los Aztecas Tenochtitlán, 5 veces más habitantes que                                   Madrid  y 2 veces que Sevilla, la más grande de España
               3,5 millones indígenas luego de  1,5 siglo de conquista europea.
         Ha sido la mayor catástrofe del mundo en toda su historia (masacre mayor                       al 95%, la mayor en toda la historia de la humanidad).


  Población del Abya Yala en la época colonial

La población está integrada por una diferenciada estratificación social:



Blancos, con poder político y/o económico.  Altos funcionarios de gobierno metropolitano, los españoles europeos venidos en busca de fortuna, dedicados al gran comercio. También los “españoles criollos o americanos”, una pequeña parte, dedicados a las haciendas, con grandes extensiones de tierra y numerosos esclavos. Estos pequeños grupos de españoles, se repartían, además, los puestos de influencia social y cultural del ayuntamiento, la Audiencia, la Junta de Hacienda, la Universidad, la Iglesia y el ejército.


Blancos de Orilla, que no poseían tierras, dinero ni poder, se dedicaban principalmente a venta en pulperías, bodegas, a la reventa de manojos de maíz.
Pardos, la mezcla étnica de las continentes, que constituía el grueso de la población, se dedicaban a la artesanía, al trabajo asalariado, no podían pasar de determinado rango en el ejército, estaban excluidos de las Audiencias, Cabildos y Clero, no podían contraer matrimonio con persona blanca, tampoco podían entrar en centros públicos.


Los esclavos, destinados a los oficios domésticos y de campo, eran una minoría de la población.


Indios, una infima cantidad


Nuestra Abya-Yala gravemente enferma de alienación, mientras se mira a si misma con los ojos de quienes la explotan, la niegan o la venden.La han amaestrado para la resignación o el miedo, le han enseñado a traicionarse.  

Simón Rodríguez:  Para que las nacientes Repúblicas abreven en su propia amalgama  y “ no nazcan viejas por imitar a Europa”“Más cuenta nos tiene entender a un indio que a Oviedo”