lunes, 23 de julio de 2018

De Simón Rodríguez a Samuel Robinson



Aunque haya discrepancias con respecto a la situación que llevo a Simón Rodríguez a adoptar el nombre de Samuel Robinson, se puede inferir que la situación aunque para el momento de salir de Venezuela hacia la isla de Jamaica era de vida o muerte, le obligó a cambiar de nombre.

Algunos autores (Temístocles Salazar, ULA Táchira), alude por qué tomo el nombre de Samuel “Rodríguez se decidió por Samuel por admiración a la historia del pueblo judío, y en demostración de sus sentimientos religiosos e incluso místicos (...) La escogencia de ese primer nombre se debió a que Rodríguez fue un admirador del profeta bíblico Samuel, esto lo llevó a asumir el papel de profeta republicano en aquellos tiempos en que Venezuela buscaba su independencia y su identidad, como lo hizo la nación israelita en los tiempos samuelianos.” y también porque adopto el de Robinson “Con Robinson, Rodríguez asoma su rostro utópico, pedagógico y místico. Había leído, con toda seguridad, en Caracas, la novela Robinson Crusoe de Daniel Defoe, publicada en 1719 (...) Robinson retrataba la contingencia que vivía Venezuela ya agonizando el siglo dieciocho cuando tuvo que huir del país para salvar su vida en un barco de vela...”

Pero siguiendo la cronología y la historia investigada por algunos biógrafos, nos damos cuenta Simón Rodríguez (Samuel Robinson), era un tanto irónico ante algunas situaciones; tal vez el hecho de huir tan intempestivamente hacia una isla, lo llevo a verse como un náufrago, emulando las aventuras de Robinson Crusoe, un naufragio quizás de sus ideales revolucionarios y emancipadores. Aunque al llegar a Jamaica cambio su nombre por el de Samuel Robinson, desde este momento ese será su nombre en una travesía que duraría por 26 años, como muestra tenemos que, estando en Francia, cuando publica la traducción del Átala, firma con su seudónimo (S. Robinson), este trabajo era para validar sus conocimiento en el dominio del idioma francés, así se llamara hasta que regresa a América cuando retoma su nombre de pila, tal vez hallándose ya en su tierra americana se sentía que su naufragio había terminado. Aunque en esos años de viajes por toda Europa, nos lo hagan mostrar como un nómada, su nombre (Samuel Robinson) de náufrago permaneció durante todo ese recorrido, alimentándose de todo conocimiento en boga por esos tiempos como lo eran las matemáticas, la química, la física, la agricultura, etc. Como un afán por hacerse más autosuficiente así como también los hizo Robinson Crusoe en la isla en que vivió solitario, por aproximadamente 40 años.

Samuel Robinson (Simón Rodríguez), continuó su vida como un nómada errante en América no como un náufrago tal vez; viajando por todos los pueblos, ciudades y países, llevando los conocimiento adquiridos y aplicándolos, como el caso de que en el terremoto de febrero 1835 en Concepción, Don Simón Rodríguez forma parte de un equipo científico que evalúa los estragos y la posible reconstrucción.

Simón Rodríguez (el náufrago), irónicamente sufre un naufragio de verdad en sus últimos días de su vida, tal vez como un recordatorio de quien había sido Samuel Robinson, este naufragio fue a mediados de enero 1854, la embarcación es arrastrada por el temporal y desembarcan en un pueblo de indígenas pescadores, quienes los rescatan. Los pescadores lo llevan hasta el pueblo de Amotape, donde morirá el 27 de febrero.


Colmenares Félix
Luisana Parra
Donnys Magallanes

José Rogelio Contreras

La Filosofia y el Ethos de Simón Rodríguez ¿en nuestro tiempo?



El título de esta disertación, quizás sea muy ambiciosa pero mi pregunta, más que una pregunta, es una utopía, hemos querido releer los escritos y el pensamiento del Gran Maestro y utopista Americano, admirado por todas las generaciones que lo han seguido desde el momento de su lamentable desaparición física en Amotape, allá por el año 1854, hasta nuestro días; y tal vez esa pregunta todavía no tenga respuesta, por lo tanto es posible que dicha disertación quede inconclusa, haré un esfuerzo por encontrarla, pero quizás para mi decepción sería mejor haber vivido con Rodríguez en su tiempo y no hoy.
            Los que leemos las obras de Simón Rodríguez, sabemos que su pensamiento fue claramente influenciado por los principales filósofos europeos del siglo XVIII, Locke, D´Alembert, Voltaire, Montesquieu, Condillac, Hume, D´Holbach, Helvetius, Rousseau, Mably, Condorcet, Payne y Destut de Tracy; por ende su filosofía, para el común y para los pocos ilustrados o los nada ilustrados, conforma una suerte de un ser que viene de otro mundo; diríamos hoy de un ser extraterrestre que no podemos entender y menos imaginar que pueda existir, y esto pues entra en conflicto con la forma de pensar de quienes pretenden continuar con las ideas desgastadas Eurocéntristas y depredadoras de seres que quieren y deben ser libres.
            Al hablar de Simón Rodríguez, se habla del humanista más grande de Latinoamérica, el Sócrates (Decía Simón Bolívar), el pedagogo, el creador de libertadores, el revolucionario, el científico; su filosofía de vida o el Ethos de su vida, fue la educación y por tanto la vida de Simón Rodríguez gira en torno a esto.
            El planteamiento pedagógico de Simón Rodríguez está vinculado a su pensamiento filosófico y su teoría política. Educar, para él, es preparar al pueblo para recuperar el poder, su poder. Dice Rodríguez:
“Somos INDEPENDIENTE, pero no LIBRES, dueños del suelo pero no de nosotros mismos. Las preocupaciones políticas que nos dominan, no caducarán, como muchos lo esperan; al contrario, persistentes al lado de las Ideas Liberales, las harán bastardear. Otras fuerzas que las que empleamos para emanciparnos, debemos emplearla para libertarnos… las de la razón”.
            En su libro “Luces y Virtudes Sociales” Rodríguez planteaba desarrollar nuestra propia filosofía Latinoamericana, independiente de la Europa y también de la de Estados Unidos:
“La filosofía está, donde quiera que se piensa sin prevención; y consiste en conocer las cosas, para regular nuestra conducta con ellas, según sus propiedades…”. “La sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados-Unidos son dos enemigos de la libertad de pensar en América… los Estadistas de esas naciones, no consultaron para sus instituciones sino la razón; y ésta la hallaron en su suelo, en la índole de sus gentes, en el estado de las costumbres y en el de los conocimientos con que debían contar”. Por ello, “la América no debe imitar servilmente sino ser original” y añade: “la educación popular y por popular…entiende…general
            La educación popular debe ser la divisa de la República, para Rodríguez fue infinitamente más útil, en la construcción republicana, un puñado de “maestranzas” o escuelas técnicas en los campos remotos, que las más pontificias universidades en las grandes urbes. Éstas forjaban vanidosos doctores de las clases altas; aquéllas menudeaban ciudadanos creando pueblo republicano; pero ¿cómo concibe Rodríguez el concepto de República?.
“El bien común es la República”. “La idea de República…su fórmula es…Pueblo, multiplicado por intereses particulares y dividido por intereses particulares es igual a uno (es decir, igual a pueblo), igual a República”. “La mayor fatalidad del hombre en el estado social es no tener con sus semejantes un común sentir de lo que conviene a todos. La Educación Social remediaría este mal…”
            El revolucionario Rodríguez después de esa huida y su posterior exilio por casi 26 años lejos de América, propone la construcción de un estado social que lamentablemente sus contemporáneos no entendieron, (como no entendieron sus ideas en general, llamándolo Loco), por no encajar en esas gastadas sociedades de castas. Siguiendo en la lectura de “Luces y Virtudes Sociales”, su pensamiento nos indica como llegar a la construcción de ese estado social, o como también lo indica en otro escrito laToparquía”.
“Con la Educación Social”. “Sin conocimientos sociales el hombre es esclavo”. “Los hombres han de conocer la sociedad para saber vivir en ella, en breves términos han de saber y han de ser libres”.
“…gentes de poco talento…o de ninguno…les han dicho al pueblo (por encargo de otros) que el conocimiento de la sociedad pertenece a los que la dirigen, no a los que la componen, que haciendo lo que se les manda sin preguntar por qué, han llenado su deber, que Dios no los ha mandado a mandar sino a obedecer, que el hacer la menor observación sobre el gobierno, es, en el fuero interno, un pecado en el extremo un crimen horrendo…imperdonable”.
“Acostúmbrese, pues, al hombre que ha de vivir en República a buscar desde su infancia razones y proposiciones para que por ellas aprenda a descubrir razones y consecuencias en las providencias y en los procedimientos del gobierno”.
            Además añade, para orientar al Gobierno popular a los que dirigen las riendas de la nación por encargo del pueblo, a que asuma la importancia a la educación:
“Solo un gobierno ilustrado puede generalizar la instrucción… solo con la esperanza de conseguir que se piense en la educación del pueblo, se puede abogar por la instrucción general”. “Asuma el Gobierno las funciones de padre común en la educación generalice la instrucción y el arte social progresará, como progresan todas las artes que se cultivan con esmero”. “El Gobierno Revolucionario Republicano es protector de las Luces Sociales, porque sus instituidores saben que sin luces no hay virtudes”.

Cuando el Robinson de América se plantea: “o inventamos o erramos”, nos está convocando a  dar paso a un modo distinto de pensar y hacer, de sentir y actuar. Es la autenticidad y la creación, lo positivo y el ingenio, la imaginación y el pensamiento puesto en la práctica; es concebir e idear para producir y construir; es mirarse y advertir lo que se es para descubrir y estimar otra posibilidad de ser. Esta afirmación, - o inventamos o erramos- se constituye –dentro del ideario pedagógico del autor- en divisa y singularidad negadora de la tradición que obstaculiza, que limita y que inmoviliza. Es revisar y examinar las situaciones de vida para decantar oposiciones y abrirse a un nuevo estado-condición; es apremio e interpelación para motivar y provocar otras potencialidades y virtualidades; es un darse cuenta del ahora histórico para enrumbar y revelar nuevas oportunidades, otros senderos, otros sentidos humanos sociales; es releer y reinterpretar la institucionalidad; es seducirse en el encuentro, en el talento, en la iniciativa, en el saber, en la inspiración, en las ideas, en el proyecto, en el cambio, en la transformación.
            Cuando el Creador de Libertadores, instruye a Bolívar, siendo un profundo conocedor y crítico de los orígenes y evolución de la sociedad hispanoamericana; en los tres años que estuvo en contacto con él en Europa, en esta época le aconseja que estudie además de Rouseau a Helvecio, Holbach, Hume, (de los cuales algunas lecturas eran prohibidas en la sociedad arcaica Europea), para que se amplié el conocimiento sobre el mundo en el que va a batallar: estas lecturas, que para la época de la ilustración era el equivalente, hoy, a los escritos de Piaget, Freire, Galeano, Noam Chomsky, son parte de lo que viene a formar al “libertador del mediodía de América”.
            En respuesta a esta gran influencia del maestro sobre el Libertador, le escribe Bolívar a Rodríguez cuando se entera de que éste se encuentra en tierra neogranadinas, la carta con el mas grande  agradecimiento y exaltación a un verdadero maestro (me perdonan que la trascriba en su totalidad ya que nos han acostumbrado a leer o ver solo algunos fragmentos de la misma, además es  una de las hermosas cartas de Bolívar, que deberíamos leer por completo).

CARTA DE SIMÓN BOLÍVAR A SU MAESTRO.
Pativilca, 19 de enero de 1824.
AL SEÑOR DON SIMÓN RODRÍGUEZ.
¡Oh mi Maestro! Oh mi amigo! Oh mi Robinson! Ud. en Colombia! Ud. en Bogotá, y nada me ha dicho, nada me ha escrito. Sin duda es Ud. el hombre más extraordinario del mundo; podría Ud. merecer otros epítetos pero no quiero darlos por no ser descortés al saludar un huésped que viene del Viejo Mundo a visitar el Nuevo; sí, a visitar su patria que ya no conoce, que tenía olvidada, no en su corazón sino en su memoria. Nadie más que yo sabe lo que Ud. quiere a nuestra adorada Colombia. ¿Se acuerda Ud. cuando fuimos juntos al Monte Sacro en Roma a jurar sobre aquella tierra santa la libertad de la patria? Ciertamente no habrá Ud. olvidado aquel día de eterna gloria para nosotros; día que anticipó, por decirlo así, un juramento profético a la misma esperanza que no debíamos tener. 
Ud., Maestro mío, cuánto debe haberme contemplado de cerca aunque colocado a tan remota distancia. Con qué avidez habrá seguido Ud. mis pasos; estos pasos dirigidos muy anticipadamente por Ud. mismo. Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló. Ud. fue mi piloto aunque sentado sobre una de las playas de Europa. No puede Ud. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado. Siempre presentes a mis ojos intelectuales las he seguido como guías infalibles. En fin, Ud. ha visto mi conducta; Ud. ha visto mis pensamientos escritos, mi alma pintada en el papel, y Ud. no habrá dejado de decirse: todo esto es mío, yo sembré esta planta, yo la regué, yo la enderecé tierna, ahora robusta, fuerte y fructífera, he aquí sus frutos; ellos son míos, yo voy a saborearlos en el jardín que planté; voy a gozar de la sombra de sus brazos amigos, porque mi derecho es imprescriptible, privativo a todo. 
Sí, mi amigo querido, Ud. está con nosotros; mil veces dichoso el día en que Ud. pisó las playas de Colombia. Un sabio, un justo más, corona la frente de la erguida cabeza de Colombia. Yo desespero por saber qué designios, qué destino tiene Ud.; sobre todo mi impaciencia es mortal, no pudiendo estrecharle en mis brazos: ya que no puedo yo volar hacia Ud. hágalo Ud. hacia mí; no perderá Ud. nada; contemplará Ud. con encanto la inmensa patria que tiene, labrada en la roca del despotismo por el buril victorioso de los libertadores, de los hermanos de Ud. No, no se saciará la vista de Ud. delante de los cuadros, de los colosos, de los tesoros, de los secretos, de los prodigios que encierra y abarca esta soberbia Colombia. Venga Ud. al Chimborazo; profane Ud. con su planta atrevida la escala de los titanes, la corona de la tierra, la almena inexpugnable del Universo nuevo. Desde tan alto tenderá Ud. la vista; y al observar el cielo y la tierra, admirando el pasmo de la creación terrena, podrá decir: dos eternidades me contemplan: la pasada y la que viene; y este trono de la naturaleza, idéntico a su autor, será tan duradero, indestructible y eterno como el Padre del Universo.
¿Desde dónde, pues, podrá decir Ud. otro tanto tan erguidamente? Amigo de la naturaleza, venga Ud. a preguntarle su edad, su vida y su esencia primitivas; Ud. no ha visto en ese mundo caduco más que las reliquias y los desechos de la próvida Madre: allá está encorvada con el peso de los años, de las enfermedades y del hálito pestífero de los hombres; aquí está doncella, inmaculada, hermosa, adornada por la mano misma del Creador. No, el tacto profano del hombre todavía no ha marchitado sus divinos atractivos, sus gracias maravillosas, sus virtudes intactas.
Amigo, si tan irresistibles atractivos no impulsan a Ud. a un vuelo rápido hacia mí, ocurriré a un apetito más fuerte: la amistad invoco.
Presente Ud. esta carta al Vicepresidente, pídale Ud. dinero de mi parte, y venga Ud. a encontrarme.

BOLÍVAR.


            La filosofía de Simón Rodríguez, que es en conjunto el proyecto de la creación de un pueblo libre o republicano en un vasto territorio militarmente liberado, siendo portadora de una estrategia geopolítica dibujada por la retícula y el rizoma. El plan maestro de “colonizar el continente con sus propios habitantes”, la colonización endógena de los montes, selvas y los desiertos suramericanos, lo cual implica la integración de una topografía política donde los poderes periféricos no son anulados por la lejanía del centro sino que lo alimentan inmediatamente con sus fuerzas; en lo actual esta gran idea, no se a logrado cumplir, estando nuestra sociedad y nuestras últimas generaciones, en deuda con El Gran Maestro, El Sócrates, El Robinson, El Loco.
            Maestro Simón Rodríguez, como me gustaría que estuviese aquí hoy, con sus ideas revolucionarias que por inconclusas siguen vigentes, con sus pensamientos de igualdad y solidaridad que cabalgan en el ideario revolucionario actual de nuestro país. La República con la cual usted soñó, aun está pendiente, su obra igual que la de nuestro padre Simón Bolívar está inconclusa. Nuestros pueblos divididos bajo la premisa imperialista del norte, buscan con ahínco salir del atraso y la miseria en las que fueron sumidos después de la independencia, con la venta de nuestro territorio y nuestras riquezas a precios de poder económico para unos cuantos, que en nada han beneficiado a nuestras Repúblicas Indoamericanas.
            Para concluir, a manera de resumen hago un enfoque de lo más resaltante de la idea de Simón Rodríguez como fue la filosofía y el ethos (modo de vida), en su recorrido por el mundo como Samuel Robinson o como Simón Rodríguez:
  Unión de la educación escolar con el trabajo productivo.
  El pueblo debe ser educado (la familia y la sociedad con un oficio útil y productivo).
  La Educación y la escuela consolidan la República
  La República se fundamenta en la sociedad civil.
  La escuela debe tener su propio fondo.
  Deben ser defensores de los derechos públicos y republicanos.
  Le da mucha importancia al bien público anteponiéndolo a lo privado.
"Educar para el trabajo y para la vida".
"Aprender haciendo y enseñar produciendo".
            Parte de este ideario del gran maestro y filósofo Simón Rodríguez busca plantearse en nuestra educación hoy en día. Sin embargo siempre los grandes intereses particulares y externos al bien común buscan imponerse para obstaculizar la conformación de un país próspero y desarrollado. Es por ello que nos toca a nosotros en este momento incentivar y tratar de llevar a cabo estas ideas a pesar de las adversidades que se presenten.

 José Rogelio Contreras

Julio – 2018

Referencias Bibliográficas

Simón Bolívar (1824). Carta de Simón Bolívar a Simón Rodríguez.
Simón Rodríguez (2007). Inventamos o Erramos. Biblioteca Popular para los Consejos Comunales. Fundación Editorial El Perro y La Rana.
UNESR (2016) SIMÓN RODRÍGUEZ OBRAS COMPLETAS. Ediciones Rectorado. Caracas. Venezuela.

sábado, 21 de julio de 2018

Enfoque Pedagógico Simón Rodríguez



Simón Rodríguez un excelente maestro quien recibió su cargo de maestro en la Escuela Pública de Caracas, llamada “Primeras Letras” donde ejerció este cargo aproximadamente por 3 años, luego de esto ya hacía en su mente una idea, porque a él no le parecía que solo los niños ricos estudiaran y recibieran educación y los pobres no y de bajos recursos no, es por ello que él propone una reforma, donde plantea que las niñas, y los niños de bajo recursos estudiaran también en la escuela de primeras letras, pero lamentablemente no se lo aprobaron.
Es aquí donde inicia sus aventuras por todo el mundo, y en donde tras ocurrir tantos momentos difíciles de su vida, adquirió muchos conocimientos en estos viajes, diferentes idiomas como el inglés y francés, conocimientos técnicos de física, química ,matemática.
Abrió la primera escuela-taller en Colombia, después cuando llego a Perú donde él se enfocó más , para abrir talleres y más escuelas, para niñas y niños, en los talleres de costura, de forma así buscándole un oficio y la forma de que ellas misma se podrían valerse por ellas mismas, ya que Rodríguez no estaba de acuerdo con que la niñas fueran educadas solo para buscarse un marido que las representara, es por ello que desde un principio él tuvo la iniciativa de hacer una reforma para que las niña estudiaran a igual que los niños, pero al llegar Rodríguez a América, lo que fue Perú, Bolivia allá creo la segunda escuela-taller, pero sus ideas nos siempre fueron respetadas porque para esta civilización colonizada eran muy alarmantes estas ideas de Rodríguez.
Hoy en día conocido como el gran Maestro, y no solo porque fue tutor del Libertador sino por sus logros alcanzado y por todo lo vivido, hoy en día es uno de nuestros próceres importante en lo que es la historia de nuestra linda Venezuela, y pues no solo lo recordamos y lo reconocemos aquí, sino también en Europa, E.EU.U, Perú Colombia, por todos los lugares donde este gran maestro paso, muchas de esta ideas nos transformaron y es por ello que hoy en día somos los que somos, ya Venezuela no es un país ignorante, hemos avanzado mucho al nivel educativo, debido al interés de gobiernos revolucionarios que le dieron la oportunidad a muchas personas jóvenes y mayores de poder sacar su educación hacia adelante, y ya no es como antes que nos sometían por el engaño, ahora tenemos mucho más conocimiento y ya no hay tantas injusticias como antes.

Luisana Parra