Aunque
haya discrepancias con respecto a la situación que llevo a Simón Rodríguez a
adoptar el nombre de Samuel Robinson, se puede inferir que la situación aunque
para el momento de salir de Venezuela hacia la isla de Jamaica era de vida o
muerte, le obligó a cambiar de nombre.
Algunos
autores (Temístocles Salazar, ULA Táchira), alude por qué tomo el nombre de
Samuel “Rodríguez se decidió por Samuel por admiración a la historia del
pueblo judío, y en demostración de sus sentimientos religiosos e incluso
místicos (...) La escogencia de ese primer nombre se debió a que Rodríguez fue
un admirador del profeta bíblico Samuel, esto lo llevó a asumir el papel de
profeta republicano en aquellos tiempos en que Venezuela buscaba su
independencia y su identidad, como lo hizo la nación israelita en los tiempos
samuelianos.” y también porque adopto el de Robinson “Con Robinson,
Rodríguez asoma su rostro utópico, pedagógico y místico. Había leído, con toda
seguridad, en Caracas, la novela Robinson Crusoe de Daniel Defoe, publicada en
1719 (...) Robinson retrataba la contingencia que vivía Venezuela ya agonizando
el siglo dieciocho cuando tuvo que huir del país para salvar su vida en un
barco de vela...”
Pero
siguiendo la cronología y la historia investigada por algunos biógrafos, nos
damos cuenta Simón Rodríguez (Samuel Robinson), era un tanto irónico ante
algunas situaciones; tal vez el hecho de huir tan intempestivamente hacia una isla,
lo llevo a verse como un náufrago, emulando las aventuras de Robinson Crusoe,
un naufragio quizás de sus ideales revolucionarios y emancipadores. Aunque al
llegar a Jamaica cambio su nombre por el de Samuel Robinson, desde este momento
ese será su nombre en una travesía que duraría por 26 años, como muestra
tenemos que, estando en Francia, cuando publica la traducción del Átala, firma
con su seudónimo (S. Robinson), este trabajo era para validar sus conocimiento
en el dominio del idioma francés, así se llamara hasta que regresa a América
cuando retoma su nombre de pila, tal vez hallándose ya en su tierra americana
se sentía que su naufragio había terminado. Aunque en esos años de viajes por
toda Europa, nos lo hagan mostrar como un nómada, su nombre (Samuel Robinson)
de náufrago permaneció durante todo ese recorrido, alimentándose de todo
conocimiento en boga por esos tiempos como lo eran las matemáticas, la química,
la física, la agricultura, etc. Como un afán por hacerse más autosuficiente así
como también los hizo Robinson Crusoe en la isla en que vivió solitario, por
aproximadamente 40 años.
Samuel
Robinson (Simón Rodríguez), continuó su vida como un nómada errante en América
no como un náufrago tal vez; viajando por todos los pueblos, ciudades y países,
llevando los conocimiento adquiridos y aplicándolos, como el caso de que en el
terremoto de febrero 1835 en Concepción, Don Simón Rodríguez forma parte de un
equipo científico que evalúa los estragos y la posible reconstrucción.
Simón
Rodríguez (el náufrago), irónicamente sufre un naufragio de verdad en sus
últimos días de su vida, tal vez como un recordatorio de quien había sido
Samuel Robinson, este naufragio fue a mediados de enero 1854, la embarcación es
arrastrada por el temporal y desembarcan en un pueblo de indígenas pescadores,
quienes los rescatan. Los pescadores lo llevan hasta el pueblo de Amotape,
donde morirá el 27 de febrero.
Colmenares Félix
Luisana Parra
Donnys Magallanes
José Rogelio Contreras
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