lunes, 23 de julio de 2018

De Simón Rodríguez a Samuel Robinson



Aunque haya discrepancias con respecto a la situación que llevo a Simón Rodríguez a adoptar el nombre de Samuel Robinson, se puede inferir que la situación aunque para el momento de salir de Venezuela hacia la isla de Jamaica era de vida o muerte, le obligó a cambiar de nombre.

Algunos autores (Temístocles Salazar, ULA Táchira), alude por qué tomo el nombre de Samuel “Rodríguez se decidió por Samuel por admiración a la historia del pueblo judío, y en demostración de sus sentimientos religiosos e incluso místicos (...) La escogencia de ese primer nombre se debió a que Rodríguez fue un admirador del profeta bíblico Samuel, esto lo llevó a asumir el papel de profeta republicano en aquellos tiempos en que Venezuela buscaba su independencia y su identidad, como lo hizo la nación israelita en los tiempos samuelianos.” y también porque adopto el de Robinson “Con Robinson, Rodríguez asoma su rostro utópico, pedagógico y místico. Había leído, con toda seguridad, en Caracas, la novela Robinson Crusoe de Daniel Defoe, publicada en 1719 (...) Robinson retrataba la contingencia que vivía Venezuela ya agonizando el siglo dieciocho cuando tuvo que huir del país para salvar su vida en un barco de vela...”

Pero siguiendo la cronología y la historia investigada por algunos biógrafos, nos damos cuenta Simón Rodríguez (Samuel Robinson), era un tanto irónico ante algunas situaciones; tal vez el hecho de huir tan intempestivamente hacia una isla, lo llevo a verse como un náufrago, emulando las aventuras de Robinson Crusoe, un naufragio quizás de sus ideales revolucionarios y emancipadores. Aunque al llegar a Jamaica cambio su nombre por el de Samuel Robinson, desde este momento ese será su nombre en una travesía que duraría por 26 años, como muestra tenemos que, estando en Francia, cuando publica la traducción del Átala, firma con su seudónimo (S. Robinson), este trabajo era para validar sus conocimiento en el dominio del idioma francés, así se llamara hasta que regresa a América cuando retoma su nombre de pila, tal vez hallándose ya en su tierra americana se sentía que su naufragio había terminado. Aunque en esos años de viajes por toda Europa, nos lo hagan mostrar como un nómada, su nombre (Samuel Robinson) de náufrago permaneció durante todo ese recorrido, alimentándose de todo conocimiento en boga por esos tiempos como lo eran las matemáticas, la química, la física, la agricultura, etc. Como un afán por hacerse más autosuficiente así como también los hizo Robinson Crusoe en la isla en que vivió solitario, por aproximadamente 40 años.

Samuel Robinson (Simón Rodríguez), continuó su vida como un nómada errante en América no como un náufrago tal vez; viajando por todos los pueblos, ciudades y países, llevando los conocimiento adquiridos y aplicándolos, como el caso de que en el terremoto de febrero 1835 en Concepción, Don Simón Rodríguez forma parte de un equipo científico que evalúa los estragos y la posible reconstrucción.

Simón Rodríguez (el náufrago), irónicamente sufre un naufragio de verdad en sus últimos días de su vida, tal vez como un recordatorio de quien había sido Samuel Robinson, este naufragio fue a mediados de enero 1854, la embarcación es arrastrada por el temporal y desembarcan en un pueblo de indígenas pescadores, quienes los rescatan. Los pescadores lo llevan hasta el pueblo de Amotape, donde morirá el 27 de febrero.


Colmenares Félix
Luisana Parra
Donnys Magallanes

José Rogelio Contreras

La Filosofia y el Ethos de Simón Rodríguez ¿en nuestro tiempo?



El título de esta disertación, quizás sea muy ambiciosa pero mi pregunta, más que una pregunta, es una utopía, hemos querido releer los escritos y el pensamiento del Gran Maestro y utopista Americano, admirado por todas las generaciones que lo han seguido desde el momento de su lamentable desaparición física en Amotape, allá por el año 1854, hasta nuestro días; y tal vez esa pregunta todavía no tenga respuesta, por lo tanto es posible que dicha disertación quede inconclusa, haré un esfuerzo por encontrarla, pero quizás para mi decepción sería mejor haber vivido con Rodríguez en su tiempo y no hoy.
            Los que leemos las obras de Simón Rodríguez, sabemos que su pensamiento fue claramente influenciado por los principales filósofos europeos del siglo XVIII, Locke, D´Alembert, Voltaire, Montesquieu, Condillac, Hume, D´Holbach, Helvetius, Rousseau, Mably, Condorcet, Payne y Destut de Tracy; por ende su filosofía, para el común y para los pocos ilustrados o los nada ilustrados, conforma una suerte de un ser que viene de otro mundo; diríamos hoy de un ser extraterrestre que no podemos entender y menos imaginar que pueda existir, y esto pues entra en conflicto con la forma de pensar de quienes pretenden continuar con las ideas desgastadas Eurocéntristas y depredadoras de seres que quieren y deben ser libres.
            Al hablar de Simón Rodríguez, se habla del humanista más grande de Latinoamérica, el Sócrates (Decía Simón Bolívar), el pedagogo, el creador de libertadores, el revolucionario, el científico; su filosofía de vida o el Ethos de su vida, fue la educación y por tanto la vida de Simón Rodríguez gira en torno a esto.
            El planteamiento pedagógico de Simón Rodríguez está vinculado a su pensamiento filosófico y su teoría política. Educar, para él, es preparar al pueblo para recuperar el poder, su poder. Dice Rodríguez:
“Somos INDEPENDIENTE, pero no LIBRES, dueños del suelo pero no de nosotros mismos. Las preocupaciones políticas que nos dominan, no caducarán, como muchos lo esperan; al contrario, persistentes al lado de las Ideas Liberales, las harán bastardear. Otras fuerzas que las que empleamos para emanciparnos, debemos emplearla para libertarnos… las de la razón”.
            En su libro “Luces y Virtudes Sociales” Rodríguez planteaba desarrollar nuestra propia filosofía Latinoamericana, independiente de la Europa y también de la de Estados Unidos:
“La filosofía está, donde quiera que se piensa sin prevención; y consiste en conocer las cosas, para regular nuestra conducta con ellas, según sus propiedades…”. “La sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados-Unidos son dos enemigos de la libertad de pensar en América… los Estadistas de esas naciones, no consultaron para sus instituciones sino la razón; y ésta la hallaron en su suelo, en la índole de sus gentes, en el estado de las costumbres y en el de los conocimientos con que debían contar”. Por ello, “la América no debe imitar servilmente sino ser original” y añade: “la educación popular y por popular…entiende…general
            La educación popular debe ser la divisa de la República, para Rodríguez fue infinitamente más útil, en la construcción republicana, un puñado de “maestranzas” o escuelas técnicas en los campos remotos, que las más pontificias universidades en las grandes urbes. Éstas forjaban vanidosos doctores de las clases altas; aquéllas menudeaban ciudadanos creando pueblo republicano; pero ¿cómo concibe Rodríguez el concepto de República?.
“El bien común es la República”. “La idea de República…su fórmula es…Pueblo, multiplicado por intereses particulares y dividido por intereses particulares es igual a uno (es decir, igual a pueblo), igual a República”. “La mayor fatalidad del hombre en el estado social es no tener con sus semejantes un común sentir de lo que conviene a todos. La Educación Social remediaría este mal…”
            El revolucionario Rodríguez después de esa huida y su posterior exilio por casi 26 años lejos de América, propone la construcción de un estado social que lamentablemente sus contemporáneos no entendieron, (como no entendieron sus ideas en general, llamándolo Loco), por no encajar en esas gastadas sociedades de castas. Siguiendo en la lectura de “Luces y Virtudes Sociales”, su pensamiento nos indica como llegar a la construcción de ese estado social, o como también lo indica en otro escrito laToparquía”.
“Con la Educación Social”. “Sin conocimientos sociales el hombre es esclavo”. “Los hombres han de conocer la sociedad para saber vivir en ella, en breves términos han de saber y han de ser libres”.
“…gentes de poco talento…o de ninguno…les han dicho al pueblo (por encargo de otros) que el conocimiento de la sociedad pertenece a los que la dirigen, no a los que la componen, que haciendo lo que se les manda sin preguntar por qué, han llenado su deber, que Dios no los ha mandado a mandar sino a obedecer, que el hacer la menor observación sobre el gobierno, es, en el fuero interno, un pecado en el extremo un crimen horrendo…imperdonable”.
“Acostúmbrese, pues, al hombre que ha de vivir en República a buscar desde su infancia razones y proposiciones para que por ellas aprenda a descubrir razones y consecuencias en las providencias y en los procedimientos del gobierno”.
            Además añade, para orientar al Gobierno popular a los que dirigen las riendas de la nación por encargo del pueblo, a que asuma la importancia a la educación:
“Solo un gobierno ilustrado puede generalizar la instrucción… solo con la esperanza de conseguir que se piense en la educación del pueblo, se puede abogar por la instrucción general”. “Asuma el Gobierno las funciones de padre común en la educación generalice la instrucción y el arte social progresará, como progresan todas las artes que se cultivan con esmero”. “El Gobierno Revolucionario Republicano es protector de las Luces Sociales, porque sus instituidores saben que sin luces no hay virtudes”.

Cuando el Robinson de América se plantea: “o inventamos o erramos”, nos está convocando a  dar paso a un modo distinto de pensar y hacer, de sentir y actuar. Es la autenticidad y la creación, lo positivo y el ingenio, la imaginación y el pensamiento puesto en la práctica; es concebir e idear para producir y construir; es mirarse y advertir lo que se es para descubrir y estimar otra posibilidad de ser. Esta afirmación, - o inventamos o erramos- se constituye –dentro del ideario pedagógico del autor- en divisa y singularidad negadora de la tradición que obstaculiza, que limita y que inmoviliza. Es revisar y examinar las situaciones de vida para decantar oposiciones y abrirse a un nuevo estado-condición; es apremio e interpelación para motivar y provocar otras potencialidades y virtualidades; es un darse cuenta del ahora histórico para enrumbar y revelar nuevas oportunidades, otros senderos, otros sentidos humanos sociales; es releer y reinterpretar la institucionalidad; es seducirse en el encuentro, en el talento, en la iniciativa, en el saber, en la inspiración, en las ideas, en el proyecto, en el cambio, en la transformación.
            Cuando el Creador de Libertadores, instruye a Bolívar, siendo un profundo conocedor y crítico de los orígenes y evolución de la sociedad hispanoamericana; en los tres años que estuvo en contacto con él en Europa, en esta época le aconseja que estudie además de Rouseau a Helvecio, Holbach, Hume, (de los cuales algunas lecturas eran prohibidas en la sociedad arcaica Europea), para que se amplié el conocimiento sobre el mundo en el que va a batallar: estas lecturas, que para la época de la ilustración era el equivalente, hoy, a los escritos de Piaget, Freire, Galeano, Noam Chomsky, son parte de lo que viene a formar al “libertador del mediodía de América”.
            En respuesta a esta gran influencia del maestro sobre el Libertador, le escribe Bolívar a Rodríguez cuando se entera de que éste se encuentra en tierra neogranadinas, la carta con el mas grande  agradecimiento y exaltación a un verdadero maestro (me perdonan que la trascriba en su totalidad ya que nos han acostumbrado a leer o ver solo algunos fragmentos de la misma, además es  una de las hermosas cartas de Bolívar, que deberíamos leer por completo).

CARTA DE SIMÓN BOLÍVAR A SU MAESTRO.
Pativilca, 19 de enero de 1824.
AL SEÑOR DON SIMÓN RODRÍGUEZ.
¡Oh mi Maestro! Oh mi amigo! Oh mi Robinson! Ud. en Colombia! Ud. en Bogotá, y nada me ha dicho, nada me ha escrito. Sin duda es Ud. el hombre más extraordinario del mundo; podría Ud. merecer otros epítetos pero no quiero darlos por no ser descortés al saludar un huésped que viene del Viejo Mundo a visitar el Nuevo; sí, a visitar su patria que ya no conoce, que tenía olvidada, no en su corazón sino en su memoria. Nadie más que yo sabe lo que Ud. quiere a nuestra adorada Colombia. ¿Se acuerda Ud. cuando fuimos juntos al Monte Sacro en Roma a jurar sobre aquella tierra santa la libertad de la patria? Ciertamente no habrá Ud. olvidado aquel día de eterna gloria para nosotros; día que anticipó, por decirlo así, un juramento profético a la misma esperanza que no debíamos tener. 
Ud., Maestro mío, cuánto debe haberme contemplado de cerca aunque colocado a tan remota distancia. Con qué avidez habrá seguido Ud. mis pasos; estos pasos dirigidos muy anticipadamente por Ud. mismo. Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló. Ud. fue mi piloto aunque sentado sobre una de las playas de Europa. No puede Ud. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado. Siempre presentes a mis ojos intelectuales las he seguido como guías infalibles. En fin, Ud. ha visto mi conducta; Ud. ha visto mis pensamientos escritos, mi alma pintada en el papel, y Ud. no habrá dejado de decirse: todo esto es mío, yo sembré esta planta, yo la regué, yo la enderecé tierna, ahora robusta, fuerte y fructífera, he aquí sus frutos; ellos son míos, yo voy a saborearlos en el jardín que planté; voy a gozar de la sombra de sus brazos amigos, porque mi derecho es imprescriptible, privativo a todo. 
Sí, mi amigo querido, Ud. está con nosotros; mil veces dichoso el día en que Ud. pisó las playas de Colombia. Un sabio, un justo más, corona la frente de la erguida cabeza de Colombia. Yo desespero por saber qué designios, qué destino tiene Ud.; sobre todo mi impaciencia es mortal, no pudiendo estrecharle en mis brazos: ya que no puedo yo volar hacia Ud. hágalo Ud. hacia mí; no perderá Ud. nada; contemplará Ud. con encanto la inmensa patria que tiene, labrada en la roca del despotismo por el buril victorioso de los libertadores, de los hermanos de Ud. No, no se saciará la vista de Ud. delante de los cuadros, de los colosos, de los tesoros, de los secretos, de los prodigios que encierra y abarca esta soberbia Colombia. Venga Ud. al Chimborazo; profane Ud. con su planta atrevida la escala de los titanes, la corona de la tierra, la almena inexpugnable del Universo nuevo. Desde tan alto tenderá Ud. la vista; y al observar el cielo y la tierra, admirando el pasmo de la creación terrena, podrá decir: dos eternidades me contemplan: la pasada y la que viene; y este trono de la naturaleza, idéntico a su autor, será tan duradero, indestructible y eterno como el Padre del Universo.
¿Desde dónde, pues, podrá decir Ud. otro tanto tan erguidamente? Amigo de la naturaleza, venga Ud. a preguntarle su edad, su vida y su esencia primitivas; Ud. no ha visto en ese mundo caduco más que las reliquias y los desechos de la próvida Madre: allá está encorvada con el peso de los años, de las enfermedades y del hálito pestífero de los hombres; aquí está doncella, inmaculada, hermosa, adornada por la mano misma del Creador. No, el tacto profano del hombre todavía no ha marchitado sus divinos atractivos, sus gracias maravillosas, sus virtudes intactas.
Amigo, si tan irresistibles atractivos no impulsan a Ud. a un vuelo rápido hacia mí, ocurriré a un apetito más fuerte: la amistad invoco.
Presente Ud. esta carta al Vicepresidente, pídale Ud. dinero de mi parte, y venga Ud. a encontrarme.

BOLÍVAR.


            La filosofía de Simón Rodríguez, que es en conjunto el proyecto de la creación de un pueblo libre o republicano en un vasto territorio militarmente liberado, siendo portadora de una estrategia geopolítica dibujada por la retícula y el rizoma. El plan maestro de “colonizar el continente con sus propios habitantes”, la colonización endógena de los montes, selvas y los desiertos suramericanos, lo cual implica la integración de una topografía política donde los poderes periféricos no son anulados por la lejanía del centro sino que lo alimentan inmediatamente con sus fuerzas; en lo actual esta gran idea, no se a logrado cumplir, estando nuestra sociedad y nuestras últimas generaciones, en deuda con El Gran Maestro, El Sócrates, El Robinson, El Loco.
            Maestro Simón Rodríguez, como me gustaría que estuviese aquí hoy, con sus ideas revolucionarias que por inconclusas siguen vigentes, con sus pensamientos de igualdad y solidaridad que cabalgan en el ideario revolucionario actual de nuestro país. La República con la cual usted soñó, aun está pendiente, su obra igual que la de nuestro padre Simón Bolívar está inconclusa. Nuestros pueblos divididos bajo la premisa imperialista del norte, buscan con ahínco salir del atraso y la miseria en las que fueron sumidos después de la independencia, con la venta de nuestro territorio y nuestras riquezas a precios de poder económico para unos cuantos, que en nada han beneficiado a nuestras Repúblicas Indoamericanas.
            Para concluir, a manera de resumen hago un enfoque de lo más resaltante de la idea de Simón Rodríguez como fue la filosofía y el ethos (modo de vida), en su recorrido por el mundo como Samuel Robinson o como Simón Rodríguez:
  Unión de la educación escolar con el trabajo productivo.
  El pueblo debe ser educado (la familia y la sociedad con un oficio útil y productivo).
  La Educación y la escuela consolidan la República
  La República se fundamenta en la sociedad civil.
  La escuela debe tener su propio fondo.
  Deben ser defensores de los derechos públicos y republicanos.
  Le da mucha importancia al bien público anteponiéndolo a lo privado.
"Educar para el trabajo y para la vida".
"Aprender haciendo y enseñar produciendo".
            Parte de este ideario del gran maestro y filósofo Simón Rodríguez busca plantearse en nuestra educación hoy en día. Sin embargo siempre los grandes intereses particulares y externos al bien común buscan imponerse para obstaculizar la conformación de un país próspero y desarrollado. Es por ello que nos toca a nosotros en este momento incentivar y tratar de llevar a cabo estas ideas a pesar de las adversidades que se presenten.

 José Rogelio Contreras

Julio – 2018

Referencias Bibliográficas

Simón Bolívar (1824). Carta de Simón Bolívar a Simón Rodríguez.
Simón Rodríguez (2007). Inventamos o Erramos. Biblioteca Popular para los Consejos Comunales. Fundación Editorial El Perro y La Rana.
UNESR (2016) SIMÓN RODRÍGUEZ OBRAS COMPLETAS. Ediciones Rectorado. Caracas. Venezuela.

sábado, 21 de julio de 2018

Enfoque Pedagógico Simón Rodríguez



Simón Rodríguez un excelente maestro quien recibió su cargo de maestro en la Escuela Pública de Caracas, llamada “Primeras Letras” donde ejerció este cargo aproximadamente por 3 años, luego de esto ya hacía en su mente una idea, porque a él no le parecía que solo los niños ricos estudiaran y recibieran educación y los pobres no y de bajos recursos no, es por ello que él propone una reforma, donde plantea que las niñas, y los niños de bajo recursos estudiaran también en la escuela de primeras letras, pero lamentablemente no se lo aprobaron.
Es aquí donde inicia sus aventuras por todo el mundo, y en donde tras ocurrir tantos momentos difíciles de su vida, adquirió muchos conocimientos en estos viajes, diferentes idiomas como el inglés y francés, conocimientos técnicos de física, química ,matemática.
Abrió la primera escuela-taller en Colombia, después cuando llego a Perú donde él se enfocó más , para abrir talleres y más escuelas, para niñas y niños, en los talleres de costura, de forma así buscándole un oficio y la forma de que ellas misma se podrían valerse por ellas mismas, ya que Rodríguez no estaba de acuerdo con que la niñas fueran educadas solo para buscarse un marido que las representara, es por ello que desde un principio él tuvo la iniciativa de hacer una reforma para que las niña estudiaran a igual que los niños, pero al llegar Rodríguez a América, lo que fue Perú, Bolivia allá creo la segunda escuela-taller, pero sus ideas nos siempre fueron respetadas porque para esta civilización colonizada eran muy alarmantes estas ideas de Rodríguez.
Hoy en día conocido como el gran Maestro, y no solo porque fue tutor del Libertador sino por sus logros alcanzado y por todo lo vivido, hoy en día es uno de nuestros próceres importante en lo que es la historia de nuestra linda Venezuela, y pues no solo lo recordamos y lo reconocemos aquí, sino también en Europa, E.EU.U, Perú Colombia, por todos los lugares donde este gran maestro paso, muchas de esta ideas nos transformaron y es por ello que hoy en día somos los que somos, ya Venezuela no es un país ignorante, hemos avanzado mucho al nivel educativo, debido al interés de gobiernos revolucionarios que le dieron la oportunidad a muchas personas jóvenes y mayores de poder sacar su educación hacia adelante, y ya no es como antes que nos sometían por el engaño, ahora tenemos mucho más conocimiento y ya no hay tantas injusticias como antes.

Luisana Parra


martes, 26 de junio de 2018

Historia fabulada de Simón Rodríguez


El Naufragio
entre sombras y luces
William Goitía Loyo
En lo más elevado del cielo nocturno, de su profunda oscuridad de la noche de Luna Nueva, enmarcada por pesadas nubes, se deja entrever la luz de un grupo de estrellas, que se proyecta hacia la Tierra, como betas de luz en la penumbra, constelación que los indígenas manteños nombran como El Viejo, que les señala el inicio de las lluvias y el nuevo año agrícola.
Cuando el reloj raya las doce,  tres hombres parecen jugar a ser sombras, mimetizan la noche, criptica invisibilidad, parecieran moverse entre las estrellas.  La marcha presurosa del anciano octogenario parece desafiar la oscuridad, con su cabellera blanca, iluminando como cocuyo la penumbra, delatando su presencia, de mirada altiva, de contextura fuerte, rostro anguloso y frente amplia.
El roció moja el aire, marcando el paso de las primeras lluvias de la temporada, que caen sutiles en la calma silente del pueblo, las sombras se humedecen, las gotas se adentran preñando la tierra, la brisa fresca traspasa la oscuridad sin luna.  Los caminos enlodados memorizan las huellas,
-Vamos Cocho, hijo no te quedes atrás, mira que la embarcación que regresa a Sechura, nos aguarda-. 
Cocho es un joven, de unos 20 años, pequeña estatura, con rasgos indígenas, de cabello lacio, negro azabache, se mueve con la ligera gracia de un cometa entre las estrellas, acompañado de su amigo contemporáneo Camilo, entre el nerviosismo  y la osadía propia de la edad, burlan al silencio.
-  Vamos Camilo, ya papá se molestó, por estar con tus bromas, de fantasmas y piratas.
-  Sólo espero que el francés nos ofrezca un buen emprendimiento, porque con tu papá los negocios no se han dado muy bien.
-  Ahora lo más importante es ampliar la distancia con Don Zegarra, porque con su estado de ánimo es capaz de mandarnos a fusilar.
-  Yo diría que los más importante para mi papá, es que estos dos baúles de libros y manuscritos, no los dejemos en el camino.  Anda de prisa, que ya estamos llegando, y este baúl está muy pesado.
El murmullo del río enmudeció las voces, el oleaje se batía contra la pequeña embarcación, estremeciéndola como el corazón agitado en el mar de sus pechos agobiados, así como las tormentosas olas del Río Guayas, en la ciudad de Guayaquil, desde donde se disponían a partir.
Liberados los amarres, se da inicio a la navegación, así los tres hombres también se liberaban de los amarres a las deudas, con la esperanza de lograr el sosiego y mejorar su suerte económica, que le permitiera continuar sus proyectos en el Perú. La navegación inicio su trayectoria sobre el amplio río, y entre la oscuridad de la noche.
Entretanto, el río empujaba la embarcación, como si una enorme ballena los trasportara en su lomo. Así pasaron algunas horas, mientras disfrutaban aquella sensación de alivio y libertad, que les permitía resbalarse hacia el sueño.
Una algarabía de pájaros, que cantaban sus himnos al sol, celebrando el inicio del día, con el levante de la luz, al Este del horizonte, el sonrojar de las enorme nubes, que se trasmutaban en cortinas acuosas a la distancia, mientras la embarcación bordeaba la isla Santay, justo antes de la desembocadura al Océano Pacífico.
Ante el desvestir de la enorme amplitud del agua, que achica aún más la embarcación,  el capitán de la nave, un hombre robusto, de talla inmensa, y de palabra esquiva, con mirada inquietante, lucha por mantener la dirección de navegación.  Sintiendo la minusvalía de la maquina ante el cielo espeso, giró el timón en dirección Norte-Sureste, con la mar embravecida, y aprisionados por el viento que sacude las velas.
El anciano, ante esta nueva fuga, cavilaba en la inmensidad de su soledad.
[-Pensar que hace exactamente 56 años, que también escapaba y me hice a la mar, en el mismo cielo, pero con dirección opuesta, hacia Jamaica y Estados Unidos de Norteamérica, entonces joven, huía de Caracas, por la opresión política de la Colonia, ocultándome  en el nombre de Samuel Robinson, como mi propia isla, con la convicción de que esto me darían el poder de la invisibilidad, además la fuerza de la predicción y la inteligencia para sortear las dificultades, con la convicción, que da la juventud, de poder transformar el mundo, desde la base, desde la piedra angular: la educación. Para ese entonces la nave que me llevaba, se desplazó por las apacibles aguas del Mar Caribe, guiándonos en la noche, sin saberlo, por las luces de las estrellas del Fuego Nuevo y El Mercado, del cielo Azteca.  Contemplando las lluvias de estrellas, en la noche oscura de la Luna Menguada-].
Este fue un viaje largo, que perduró por 26 años, hasta que nuevamente las olas lo trajeron a las costas de Cartagena, en el año 1823, ya contaba entonces con 54 años, atraído por la constitución de la unión de naciones en la conformación de  la Colombia de Miranda.
A sus 84 años, contados por el número de cicatrices, que la vida le ha dejado, precio pagado al regreso de su visibilidad, trasmutación del retorno, a la Tierra Americana, a la lucha americanista, a lo tangible  de su propuesta de la batalla educativa. Colocado adelante de la confrontación de ideas, la posibilidad de brindar luces al pueblo pobre, abandonado y maltratado. 
En el atardecer del día, la nave avanza timorata, a merced de la fuerza del viento y la tormenta, en el vaivén de las corrientes marinas encontradas.
-Ten cuidado Cocho, sostén a tu papá, que no tiene fuerzas y podría caer al agua-, le exclama Camilo, mientras se sujeta con fuerza a babor.  En ese momento la furia del viento hace crujir el mástil de la embarcación, mientras el capitán con una voz muy potente hace la advertencia
-¡Cuidado!, ¡Protéjanse!, ¡Mástil abajo!
El cielo parece caer a pedazos, sobre la pequeña nave que traslada los sueños de la luz, titilando débilmente.  La nave permanece a la deriva, a merced de las corrientes, se ha averiado severamente y es un nuevo tiempo de naufragio,  permanecen a merced de la suerte, aislados en sus pensamientos.
El empeño, esa fuerza interna que brotaba como serpiente ante el reto de  sus detractores, la constancia y la imaginación con la que trataba de sortear las dificultades económicas, lo han llevado a la permanente búsqueda de argumento o mecanismo que les permitían seguir iluminando al pueblo, aun en esta última etapa, fabricando velas de cebo, o de crear una empresa refinadora de esperma y fábrica de velas.  El viejo incansable.
Cocho entre nervioso y asustado, en un arrebato de desesperación, se dejó llevar por la tribulación y el miedo,  arremetió verbalmente contra su padre, el anciano maestro, que ya se desvanecía en su débil llama.
-¡Calamidad tras calamidad, es tu senda!, ¿es verdad lo que dicen?, ¿es verdad que estás loco?.... ¡ya que importa moriremos ahogados!
Ante el silencio del cabizbajo anciano, Camilo intercede.
-Mira Cocho, tranquilo, que seguramente algunos pescadores nos van a localizar y rescatar, mantén la calma,   qué te parece si intentamos pescar, mira que las provisiones están escasas- Así se entretuvieron un buen rato, sin resultados favorables.
Llegada la plena oscuridad de la noche, comienza un período de calma, ya pasada la tormenta, pero la embarcación continúa a la deriva, en medio de un océano calmado, y como jóvenes, pronto dejan las tribulaciones y se sumergen en el sueño intranquilo. Sin embargo el anciano no descansa en sus pensamientos tormentosos, les llegan a la mente algunos momentos trascurridos en décadas pasadas, en esta isla Gran Americana.
“Yo no vine a la América porque nací en ella, sino porque sus habitantes estaban tratando una cosa que me agradaba, y me agradaba porque me parecía que era buena, y porque el lugar era propicio para la conferencia y para los ensayos, y porque era Simón Bolívar quien ha suscitado y sostenido la idea.”
A su llegada al continente Americano, este hombre de luces, sufrió muchos desplantes, burlas y desprecios, pero cuando ya estuvo ante la presencia de Bolívar, este lo puso a la altura del maestro ante todos, lo recibió con gran aprecio y cariño, acompañó y respaldó sus propuestas y proyectos, y por medios de decretos, facilitó fundar escuelas en Ecuador, Perú y Bolivia, estaba comandando así, la lucha por la segunda Batalla, la cultural, la educativa.
Pero el Libertador debía continuar la campaña liberadora por Suramérica, para lograr extirpar definitivamente los ejércitos españoles de las tierras Suramericanas.  Así que sin saberlo, el día 6 de enero de 1826, cuando parte de Chuquisaca camino a Lima, sería la última vez que lo vería. Entonces fue el comienzo del calvario, para ambos.
“-Me quitaron todo el apoyo que había obtenido de Simón, y en mi intento por abrir espacios de luz en la oscuridad de los pobres y abandonados, debí pagar la deuda de mantenimiento, que acabó con lo que había reunido para mí, quedando sin recursos. Fue un choque moral, enfrentado prácticamente sólo, mis ideas de la educación liberadora, contra el viejo modelo colonial instaurado, defendido por los conservadores y por muchos de los líderes independentistas, quienes lograron victorias militares, pero derrotas culturales, por llevar adelante la concepción del modelo imperial. De allí que de la conciencia del pueblo, no pudimos sacar a los colonizadores, donde todavía persisten como una auto invasión, aplaudiendo y defendiendo al colonizador”.
El aislamiento cercaba al anciano, hasta el rincón de su alma, una isla profunda y dolorosa, sin salida, sin fuerza, sin esperanza de partir de regreso, tantas veces pedido al Libertador, sin obtener respuesta.  Claro estaba, que sus enemigos, interceptaban sus cartas y las destruían.
Los pelícanos pasaron rasantes sobre los pensamientos de Simón, la brisa sacudió su liviana cabellera, seca y quebradiza por el sol de los últimos días, y apenas tuvo fuerza para voltear la mirada y ver como el ave peinaba las olas.  A lo lejos las palmeras danzaban con el viento, dándole la bienvenida a los sobrevivientes.  Atrás los cerros, de un bosque seco, repleto de árboles de algarrobo, ceibo y guayacán,  donde se albergaban enormes bandadas de pericos y cotorras, que rasgaban el aire con sus cantos sonoros del atardecer.
Ante la señal de los brazos y saltos de Cocho y Camilo, mudas las gargantas por la deshidratación colectiva, un grupo de pescadores indígenas los socorrieron, trasladando al anciano moribundo, a sus chozas de pesca, en la costa cercana a la población de Amotape.
Para entonces, Cocho ya había tomado una determinación.
-Me voy, seguiré mi propio rumbo, no quiero seguir pasando estos momentos de angustia, veré si puedo conseguir ayuda, te encomiendo a mi padre.
-Que broma me estás echando, con tu anciano padre que está tan delicado de salud, me parece que debes acompañarlo. Le requirió Camilo.
-No puedo más, trataré de buscar trabajo en alguna hacienda, para ver si salgo adelante.
Sin decir más palabras y sin nada de equipaje, se subió a otra embarcación, con rumbo desconocido, hacia las mazmorras de la historia. Dejando abandonado a su padre, a la suerte del destino inexorable. Otro abandono, ambos a los extremos de su vida.
-A este anciano ilustrado, no lo puedo dejar sólo, voy a seguir acompañándolo.  Así fue como el joven, un hijo del pueblo, fue quien acompaño al maestro hasta su último aliento.
Allí quedaron ambos naufragando en una choza, aislados del pueblo, sin bastimento, ni atención médica, con sus dos baúles con libros, manuscritos y fotos.  Fue a partir del día 28 de febrero de 1854, cuando logra salir de sus islas y sus naufragios, regados sus manuscritos en el aire, por el fuego de la llama y entre las raíces de la tierra americana, viajando entre los pueblos, como rayos de luz que en medio de la tormenta, en el relámpago del Catatumbo, en la Luna que ilumina liberadora de la noche oscura de la colonización, que todavía falta vencer.
Esa noche, a partir de las 11, Robinson logró su libertad y transitó entre las estrellas de las constelación Caribe Tamukan, y las del Sur de los pueblo Guaraní del  Venado y el Avestruz Blanco, que brillaban para entonces en el fondo oscuro de la noche sin luna, mostrando los dioses indígenas, que lo guían en gratitud al escape del Robinson Latinoamericano de la isla terrestre, para tratar de alcanzarnos con su luz, desde lo más alto del cielo y entre la profundidad de la Madre Tierra.

sábado, 9 de junio de 2018

El tiempo histórico de Simón Rodríguez


En Europa se considera el inicio del Período Moderno, a partir de dos hechos históricos:

·               La caída de Constantinopla (1453), que marca la caída del Imperio Romano, por el imperio Turco Otomano.
·             La invasión del Abya Yala por  Europa  (1492).
·               El final de este período, para muchos lo marcó la Revolución Francesa (1789).

 La invasión europea al Abya Yala significó el momento de la expansión global de Europa, el apoderarse de otros territorios de cualquier espacio del planeta, de sus minerales, de las personas, lo que produjo el exterminio de sus poblaciones aborigenes, de su culturas: idiomas, religiones, cultivos, cosmovisión, y hasta del cielo y la vida.

Se destaca los valores de la modernidad (el desarrollismo), donde se va generando la burguesía y el capitalismo, las delimitaciones de los territorios: la nación y el Estado (Occidentalización o eurocentrismo).

También significo la siembra impuesta de la razón, el pensamiento y producción teórica engendrada por la cultura Occidental como expresión de una lógica dominante que ha alimentado el proceso histórico de las sociedades americanas  luego de la invasión y colonización.

Como característica común hay que señalar una extraordinaria fe para dominar y transformar el mundo a su conveniencia. Los ilustrados exaltaron la capacidad de la razón laica para descubrir las leyes naturales y la tomaron como guía en sus análisis e investigaciones científicas.

Nos trajeron el antropocentrismo: todo gira en torno al ser humano y en particular en torno a su razón material y sensible de forma aún más pronunciada que en el siglo XVI, aunque el papel que entonces jugó Italia lo desempeña esta vez Francia.La Ilustración europea, desde Gran Bretaña, donde algunos de los rasgos esenciales del movimiento se dieron antes que en otro lugar, la Ilustración se asentó en Francia.  Con Kant culminará la creación del pensamiento propiamente moderno, ya muy por encima de la ideología enciclopedista. 

La Ilustración también dio sus frutos propios en otras localizaciones europeas y americanas. En ocasiones se recrearon proyectos ilustrados más o menos autónomamente, pero en la mayoría de casos vinculados al pensamiento inglés y, sobre todo en lo que se refiere a la ideología enciclopedista, a Francia (así en Países Bajos, Polonia, Rusia, Suecia, la península italiana y la ibérica, etc., o en sus colonias americanas). Desde el punto de vista socio-político fueron frutos condicionados por el grado de desarrollo ideológico adquirido en el momento de lanzamiento de la nueva ideología y por el proceso interno seguido a lo largo de su desarrollo. 

Según las interpretaciones marxistas, la Ilustración puede ser definida como «una etapa histórica de la evolución global del pensamiento burgués». Como tal, insertaría su filiación doctrinal en el Renacimiento y, especialmente, en las corrientes racionalistas y empiristas del s. XVII (de Descartes, a Locke, pasando por Bacon, Bayle, Galileo, Grocio, Hobbes, Leibniz, Newton, Spinoza, o los libertinos), y basa su posibilidad sociológica de desarrollo en las revoluciones políticas neerlandesa e inglesa, en el empuje de la burguesía y en las transformaciones económicas en gestación, apoyadas en una coyuntura en alza, que desembocarán en la Revolución francesa.

La Reforma protestante en el siglo XV, encabezada por el alemán Martín Lutero, teólogo y fraile católico, quien se negó a someterse a la iglesia de los papas, que consideraba que estaba alejada de los preceptos de Dios, pero que en esencia  una contribución al espíritu burgués capitalista, al exaltar el trabajo y el triunfo personal.De manera análoga, el desarrollo completo de la doctrina de Lutero sobre la salvación y la vida cristiana se expuso en su opúsculo La libertad cristiana (publicado el 20 de noviembre de 1520), donde exigía una unión completa con Cristo mediante la Palabra a través de la fe, la entera libertad de un cristiano como sacerdote y rey sobre todas las cosas externas, y un amor para con el prójimo.

Estos elementos nutrían a la Revolución Burguesa, asociada a los valores del individualismo, la producción masiva, la comercialización, el mercado y el progreso.Los burgueses eran los habitantes de los burgos, los barrios nuevos de las ciudades en expansión, en la Edad Media, que se fueron haciendo poderosos por manejar el comercio, y tenía un alto nivel de independencia respecto al papado eclesiástico, lo que les permitió crear ciudades en la época Feudal, es decir que esta red urbana fue una preparación necesaria para el desarrollo industrial moderno, con su estratificación alta burguesía, baja burguesía y plebe empobrecida.  Donde la burguesía puede verse como un aliado del absolutismo, sin conciencia de clase, prefieren la traición que les permita el ennoblecimiento por compra o matrimonio. 

Momento Histórico desde el Abya Yala
antes de la invasión
·               En la América precolombina no se conoció la propiedad privada de la                              tierra
·               La forma de tenencia existente fue comunal
·       La comunidad estuvo en la base de la estructura social de los pueblos aborígenes, tanto de la tierra como del trabajo.
·               La Pacha Mama o Madre Tierra de La agricultura campesina-indígena
·               Todo proviene de la tierra: amarla
·               La naturaleza y las creencias religiosas determinaban la organización                               social
·               El ser humano integrado a la naturaleza
·               Fuerte carga poética: es una praxis, vinculada a una forma de ver y de                             estar en el mundo con sagrado respeto.
·               Historia ligada a la mitología


 Legalización de la expropiación y el exterminio en Abya YalaPor parte de los invasores europeos

               Los Indígenas como cosas sin alma.  En 1529 es creada una Comisión                            para averiguarlo.
              Encomiendas: Entrega de los Indígenas a los españoles para                                           evangelizarlos: servidumbre.
               25-03-1536, encomiendas por 2 vidas, se extiende a 4, pero práctica                               perpetua.
               Se calcula una población de 70 a 100 millones indígenas en América                               antes de la conquista
              La ciudad de los Aztecas Tenochtitlán, 5 veces más habitantes que                                   Madrid  y 2 veces que Sevilla, la más grande de España
               3,5 millones indígenas luego de  1,5 siglo de conquista europea.
         Ha sido la mayor catástrofe del mundo en toda su historia (masacre mayor                       al 95%, la mayor en toda la historia de la humanidad).


  Población del Abya Yala en la época colonial

La población está integrada por una diferenciada estratificación social:



Blancos, con poder político y/o económico.  Altos funcionarios de gobierno metropolitano, los españoles europeos venidos en busca de fortuna, dedicados al gran comercio. También los “españoles criollos o americanos”, una pequeña parte, dedicados a las haciendas, con grandes extensiones de tierra y numerosos esclavos. Estos pequeños grupos de españoles, se repartían, además, los puestos de influencia social y cultural del ayuntamiento, la Audiencia, la Junta de Hacienda, la Universidad, la Iglesia y el ejército.


Blancos de Orilla, que no poseían tierras, dinero ni poder, se dedicaban principalmente a venta en pulperías, bodegas, a la reventa de manojos de maíz.
Pardos, la mezcla étnica de las continentes, que constituía el grueso de la población, se dedicaban a la artesanía, al trabajo asalariado, no podían pasar de determinado rango en el ejército, estaban excluidos de las Audiencias, Cabildos y Clero, no podían contraer matrimonio con persona blanca, tampoco podían entrar en centros públicos.


Los esclavos, destinados a los oficios domésticos y de campo, eran una minoría de la población.


Indios, una infima cantidad


Nuestra Abya-Yala gravemente enferma de alienación, mientras se mira a si misma con los ojos de quienes la explotan, la niegan o la venden.La han amaestrado para la resignación o el miedo, le han enseñado a traicionarse.  

Simón Rodríguez:  Para que las nacientes Repúblicas abreven en su propia amalgama  y “ no nazcan viejas por imitar a Europa”“Más cuenta nos tiene entender a un indio que a Oviedo”